Nuevo impulso al jardín andalusí Med-O-Med

El Jardín de Aclimatación de Rabat

En 2013 se inauguraba por todo lo alto, con la presencia del Rey de Marruecos, Mohammed V, el Jardín de Aclimatación de Rabat (Jardin d’Essais Botaniques, JEB), tras su primera rehabilitación tras años de abandono desde su creación, a principios de siglo XX. En su corazón, se encontraba el jardín de estilo andalusí concebido por la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI) y el minzah, o pabellón de recreo.

El jardín de aclimatación de Rabat es un hermoso espacio de sombra y silencio a lo largo de 17 hectáreas en el núcleo más populoso de la capital alauí. Fue diseñado por el gran paisajista y urbanista francés Jean-Claude Nicolas Forestier. Forestier trabajó en los ensanches y concibió numerosos espacios verdes, principalmente en Marruecos, Francia y España, país en el que fue el artífice del Parque de María Luisa de Sevilla, el Jardín del Rey Moro, de Ronda, y los jardines del palacio de Moratalla, de Hornachuelos, entre otras obras memorables.

El JEB, o jardín de aclimatación de Rabat, siempre estuvo asociado al INRA, el Instituto Nacional de Investigaciones Científicas de Marruecos, y el propósito de su creación fue el de introducir y aclimatar diversas especies exóticas de interés económico y también ornamental.

El JEB, o jardín de aclimatación de Rabat, siempre estuvo asociado al INRA, el Instituto Nacional de Investigaciones Científicas de Marruecos, y el propósito de su creación fue el de introducir y aclimatar diversas especies exóticas de interés económico y también ornamental. Forma parte del perímetro declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2012. Actualmente alberga alrededor de 650 especies botánicas. El Arboreto cuenta con una gran diversidad, constituida de 27 familias repartidas en 44 especies.

En él hay grandes avenidas flanqueadas por palmeras y ficus añosos, así como parcelas dedicadas a las colecciones de palmeras, frutales y suculentas, y senderos por los que perderse entre una vegetación apabullante y avenidas cobijadas por doseles vegetales.

Un acuerdo FUNCI – INRA

En 2007 el INRA firmó un acuerdo con FUNCI, en el marco de su Red Internacional para el desarrollo “Med-O-Med, Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio”, para la creación, en una de las parcelas del JEB, de un jardín de estilo andalusí de nueva planta. Igualmente, le encargó la restauración del pabellón de recreo contiguo, un precioso edificio bordado de piedra de arenisca de estilo magrebí-andalusí. El proyecto corrió a cargo de dos colaboradores de FUNCI: el conocido arquitecto especializado en arte islámico, Antonio Almagro Gorbea, y el agrónomo experto en botánica andalusí y autor de varios libros sobre la temática, Esteban Hernández Bermejo. La ejecución se hizo con el concurso del arquitecto técnico Faissal Cherradi, restaurador, entre otras cosas, del alminar almohade “Tour Hassan” de Rabat.

A la inauguración Real del jardín de aclimatación, tras su primera restauración, llegó otra época de lento deterioro, que obligó a una nueva intervención.

En 2007 el INRA firmó un acuerdo con FUNCI, en el marco de su Red Internacional para el desarrollo “Med-O-Med, Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio”, para la creación, en una de las parcelas del JEB, de un jardín de estilo andalusí de nueva planta.

Actualmente el JEB, y con él, el jardín andalusí, se encuentran de nuevo en pleno apogeo, con nuevos cuadrados y ordenaciones, enriquecimientos vegetales a cargo del INRA y la recuperación de los hermosos y grandes estanques de Forestier, para deleite del público. La intervención, que aún no se da por concluida, corre a cargo del veterano estudio de paisajismo Carey Duncan Design.

El Jardín andalusí

El jardín de inspiración andalusí concebido por FUNCI, sigue de forma rigurosa determinados parámetros estilísticos que se hallan de manera simultánea en los jardines históricos hispano árabes y marroquíes de origen medieval.

Su trazado responde a la idea de patio interior de una vivienda, de estilo almohade, con forma cuadrangular y trazado en crucero, o forma de cruz. Los dos elementos que se cruzan son ánditos bordeados de canales de agua, que conforman las cuatro eras de plantación.

El agua aparece como elemento de importancia en forma de dos estanques frente a los pabellones laterales, a modo de láminas que reflejan el cielo y crean un efecto de profundidad, sólo perturbadas por pequeños surtidores. El jardín también dispone de fuentes bajas de pileta, donde borbotea el agua, que enmarcan el espacio central coronado por un evocador quiosco cubierto de vegetación, y penetran hasta el interior de los pabellones.

El jardín de inspiración andalusí concebido por FUNCI, sigue de forma rigurosa determinados parámetros estilísticos que se hallan de manera simultánea en los jardines históricos hispano árabes y marroquíes de origen medieval.

La colección botánica original, en parte desaparecida, está siendo restituida poco a poco. En ella figuran trepadoras, como rosas, jazmines y parra virgen, bulbos, tales como Iris, narcisos y azucenas, plantas aromáticas, violetas, alhelíes, crisantemos y rosas, entre otras.

Desde que fue creado, han crecido los árboles -granados, laureles en forma de topiaria y olivos-, lo mismo que las especies que figuran en los cerramientos en forma de arcadas metálicas: cipreses, mirtos y jazmines, ofreciendo una sombra bienhechora y el refugio para un sinfín de pájaros cantores y mariposas.

Completando el conjunto surge de forma contigua el pabellón de recreo, que localmente se conoce como la “Maison mauresque” y en el que FUNCI instaló un pequeño museo sobre el agua en al-Ándalus.

Diversos paneles en cuatro idiomas ilustran al visitante sobre el rol del agua en los jardines islámicos, el jardín como metáfora espiritual, el jardín científico y el jardín poético, que hace referencia al género conocido en la Edad Media como Rawdiyat y Nawriyat, con una vasta producción de poemas de contenido vegetal y paisajista.

El pabellón de recreo

Completando el conjunto surge de forma contigua el pabellón de recreo, que localmente se conoce como la “Maison mauresque” y en el que FUNCI instaló un pequeño museo sobre el agua en al-Ándalus, basado en el libro “El enigma del agua en Al-Andalus”, de Cherif Abderrahman Jah, Presidente de FUNCI, editado en dos ocasiones por Lunwerg.  La deliciosa museística, diseñada por Miguel Ripoll, abunda en documentación escrita, olfativa y audiovisual sobre las instituciones de reparto del agua, los ingenios de distribución y regadío y la importancia cultual del preciado elemento en el islam.

Tras esta nueva intervención, que no ha hecho sino empezar, la FUNCI, en colaboración con el INRA y la Wilaya de Rabat, Salé, Kenitra, de quien también depende la gestión y el mantenimiento, ha recuperado la ilusión de abrir y ofrecer este hermoso espacio al público, los estudiantes y las asociaciones, para su disfrute y para fomentar el conocimiento de una des etapas más “verdes” y fecundas de la historia.

Fundación de Cultura Islámica

Fotos: Inés Eléxpuru

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