Med-O-Med tendrá en cuenta el programa Starlight en sus proyectos.
El firmamento ha sido siempre una inspiración para la humanidad y ha supuesto una fuente de estudio ilimitada, con implicaciones filosóficas, artísticas y culturales para muchas civilizaciones. Así lo fue para el Islam, como aparece con frecuencia reflejado en el Corán, con sus referencias a los cielos y a los astros, como fuente de reflexión acerca de la generosidad y la belleza divinas. En el Libro Sagrado, se comparan las estrellas con lámparas que proporcionan luz y adorno, e instrumentos válidos para la orientación de los viajeros. Los cielos se componen de siete órbitas:
“Y, en verdad, hemos creado por encima de vosotros siete órbitas celestiales; y no estamos desatentos a ningún aspecto de la Creación”(23: 17)
Durante la Edad Media los musulmanes consideraron las ciencias exactas como una parte de las Ciencias Racionales. Entre ellas constaba la Ciencia de las Cantidades (Matemáticas), que se dividía a su vez en Aritmética, Geometría, Música y “Ciencia de la forma del Cielo” (Astronomía).
Como queda reflejado en numerosos manuscritos, la Astronomía despertó un gran interés en el mundo islámico desde el siglo II/VIII, como medio para orientarse en la navegación, fijar el horario de las oraciones y establecer el calendario lunar para conocer el comienzo y el final de Ramadán y la época del Hayy. En la célebre Casa de la Sabiduría de Bagdad (Bayt al-Hikma, s.III/IX), se impulsó la Astronomía con diversas traducciones de tablas y textos en sánscrito y persa, y se instaló un observatorio.
Los sabios astrónomos del mundo islámico tenían, además, una gran formación matemática, necesaria para los cálculos astronómicos. En el campo de las Matemáticas y la Astronomía sobresalieron figuras como los persas Al-Biruni y Al-Juwarizmi (ss.IV-V/X-XI).
Reservas Sarlight
Hoy el firmamento y la astronomía vuelven a ser de actualidad en la ribera Sur y Este del Mediterráneo. Así, Med-O-Med se encuentra iniciando una serie de proyectos que tienen en cuenta esta ciencia milenaria tan importante para nuestro presente, por los motivos expuestos a continuación.
En 2007, se celebró una conferencia en la Isla de la Palma (España), donde se sentaron las bases para el concepto Reserva Starlight y se aprobó la Declaración en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, en cooperación con el Centro de Patrimonio Mundial (UNESCO) a través de la iniciativa temática “Astronomía y Patrimonio de la Humanidad”.
Con esta declaración se ha creado así el concepto de Reserva Starlight, definido como “espacio en donde se establece un compromiso por la defensa de la calidad del cielo nocturno y el acceso a la luz de las estrellas. Tiene como función la preservación de la calidad del cielo nocturno y de los diferentes valores asociados, ya sean culturales, científicos, astronómicos, paisajísticos o naturales.”
Los objetivos y funciones de una Reserva Starlight se guían por los principios contenidos en la Declaración, la cual se recoge que la contemplación de las estrellas es un hecho que se torna cada vez más complicado, y cuyo valor científico y cultural, parece estar perdiéndose a través de las generaciones. Su observación va ligada a la calidad del cielo nocturno, concepto incluido en la Conferencia de Rio 1992, por tratarse de un indicativo de calidad atmosférica.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos así como las bases del desarrollo sostenible, apoyan la protección de la diversidad cultural, biológica y paisajística, estando todos ellos en relación de un modo u otro, con la calidad de los cielos nocturnos, incluyendo además el derecho a las generaciones venideras a disfrutar de un cielo limpio.
Acuerdos y convenios
Para la consecución de estos objetivos se requiere la participación e implicación de los distintos actores, desde los gobiernos, instituciones e organizaciones hasta la ciudadanía, así como el establecimiento de acuerdos y convenios. Por ello, se han establecido una serie de principios que son necesarios adoptar, relativos al derecho a la contemplación de las estrellas y que consideran su posible desaparición un riesgo, para la implantación de medidas equiparables al resto de figuras de protección ambiental.
La recuperación del valor cielo nocturno como parte de la cultura, su consideración como un reto tecnológico y científico así como la educación y difusión del conocimiento en este ámbito, serán también piezas clave para el redescubrimiento de sus valores.
Se contempla así el problema relativo a la contaminación lumínica, no solo como causa de una reducción de la anteriormente mencionada calidad del cielo nocturno, sino también como un problema que afecta a la diversidad biológica, al paisaje, y que presenta un impacto nocivo sobre los seres humanos. Para ello, se ha de promover la sensibilización en cuanto al uso de la iluminación artificial y su gestión sostenible, habiéndose de integrar en las políticas públicas de protección medioambiental.
Todo ello nos llevará a la protección de zonas óptimas de observación del firmamento, lo cual podría suponer una herramienta de desarrollo para generar un turismo responsable alrededor de este valor, extrapolándose así a campo de la cooperación, con la participación de local y de las instituciones científicas dedicadas al conjunto de este tema.
Inés Eléxpuru – FUNCI
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