El verdadero origen de los tulipanes europeos

Una creencia generalmente aceptada es que los tulipanes se introdujeron en Europa a través de Holanda, país que, por otra parte, ha adoptado esta flor como símbolo. Sin embargo, esta versión dista mucho de la realidad: los tulipanes llegaron a Europa a través de al-Ándalus.

Patricia Montoro – FUNCI

Los orígenes de la flor no son objeto de discusión, ya que todos los expertos parecen estar de acuerdo en que los turcos habían heredado el tulipán del mundo selyúcida. De hecho, el tulipán es la flor nacional en Irán y Turquía, como se aprecia en múltiples motivos ornamentales cerámicos y textiles. Pero su origen también se remonta a los Países Bajos, donde se cultiva desde hace más de cuatro siglos. El debate se produce a partir de este momento y en torno a la llegada del bulbo a Europa; ya que el discurso que ha terminado haciendo de Holanda la principal productora de plantas ornamentales del mundo, descansa en la leyenda según la cual fue el botánico flamenco Charles L’Ecluse quien introdujo la flor en el país después de haberla conocido en Viena, hasta donde llegó mediante la expansión del Imperio Otomano.

Sin embargo, en plena era de los Reinos de Taifas, durante el sigo XI, los musulmanes del sur de la península ibérica ya cultivaban esta planta, según un estudio de la revista Economic Botany, cuya publicación fue promovida por el Jardín Botánico de Nueva York. Las investigaciones fueron realizadas por un equipo científico de la Universidad de Córdoba, encabezado por el profesor Esteban Hernández Bermejo y Expiración García Sánchez, y en colaboración con la Escuela de Estudios Árabes de Granada, un centro dependiente del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas).

En plena era de los Reinos de Taifas, durante el sigo XI, los musulmanes del sur de la península ibérica ya cultivaban esta planta, según un estudio de la revista Economic Botany.

Como hemos afirmado en múltiples ocasiones, los musulmanes trajeron a la península ibérica una época fecunda en el campo del saber y de todas las ciencias, incluida, por supuesto, la botánica. El profesor Hernández Bermejo explica que durante las investigaciones trabajaron con arabistas para traducir los textos originales, y afirma que “hubo especialistas que acumularon conocimientos sobre las plantas que incluso hoy en día nos sorprenden”.

Evidencias y fuentes

En la Umda (Umdat al-tabib), una obra de botánica atribuida al geópono sevillano Abu I-Jayr y fechada entre los siglos XI y XII, se apunta al uso ornamental de esta flor en los territorios de al-Ándalus. Esta obra es la contribución más importante al conocimiento de la flora silvestre de Al-Ándalus y del Mediterráneo occidental, pero no es el único testimonio.

Un siglo más tarde, otro agrónomo sevillano, Ibn al-Awwam, escribió su Kitab al-Filaha, o Libro de la Agricultura, uno de los pocos tratados agrícolas andalusíes que aún se conserva en su totalidad. El valor de esta enciclopedia sobre la economía rural reside en que incluye multitud de citas de textos andalusíes y orientales. Ibn al-Awwam denominaba los tulipanes como “cebolla macedonia” y afirma sobre ellos que “es un tipo de narciso amarillo y viene de Macedonia, provincia de Alejandría. Su flor es amarilla por dentro y rosa por fuera, con forma de cubo. En su interior se encuentra otra bella y aromática flor. Crece en sitios húmedos y montañosos y es cultivado como el narciso amarillo”.

Fue esta descripción de “cebolla macedonia con una flor en forma de cubo” lo que confundió a los científicos y no les permitió identificarla como tulipán. Pero al cotejar este texto con la Umda, en concreto las descripciones morfológicas de la flor, de sus hojas, sus raíces y su época de floración, se percataron de que estaban ante la primera evidencia de la presencia de tulipanes en Europa.

Ibn al-Awwam denominaba los tulipanes como “cebolla macedonia” y afirma sobre ellos que “es un tipo de narciso amarillo y viene de Macedonia, provincia de Alejandría.

Por último, hay que señalar que la evidencia ha sido refrendada por la aparición de fragmentos de cerámicas andalusíes en los que aparecen dibujos de esta flor. “Estos hallazgos son la prueba definitiva de que el tulipán llegó a Europa cinco siglos antes de lo que se pensaba” dice el investigador. El introductor de la flor sería Ibn Bassal, un botánico toledano del siglo XI que procedía de una familia especializada en el cultivo de plantas bulbosas y que en sus viajes a Oriente introdujo numerosas especies vegetales, desconocidas hasta entonces en suelo peninsular.

Fuentes:

elcalderonazari

medomed.org

Economic Botany, 63(1), 2009, pp. 60–66.- The New York Botanical Garden

Press, Bronx, NY . -10458-5126

 

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