La idea de la conservación del patrimonio despunta tras la Primera Guerra Mundial y desde entonces se han dado pasos en esa dirección, aprobándose una serie de instrumentos internacionales para la protección del Patrimonio cultural y natural. Ejemplo de ellos son:
- Recomendación que define los principios internacionales que deberán aplicarse a las excavaciones arqueológicas (1956).
- Recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y paisajes (1962).
- Recomendación relativa a la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda poner en peligro (1968).
No es hasta 1959 cuando surge una iniciativa internacional para proteger los monumentos históricos y naturales. Esta acción se debió a la construcción de la presa de Asuán en Egipto, y estaba dirigida a la protección de los templos y el avance de las excavaciones arqueológicas.
A partir de ese momento la UNESCO y el ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) se disponen a trabajar en un proyecto de carácter internacional que recoja las inquietudes generadas.
En 1965 empiezan a surgir movimientos desde distintas organizaciones internacionales, entre ellas la IUCN (International Union for the Conservation of Nature), para crear figuras de protección de las zonas naturales.
El 16 de Noviembre de 1972 se aprueba en la ciudad de París La Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, según la cual:
“… el patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro, sino también por la evolución de la vida social y económica, que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más temibles”.
En ella se considera, entre otras cosas, que: “…el estudio, el conocimiento y la protección del patrimonio cultural y natural en los diferentes países del mundo favorecen la comprensión mutua entre los pueblos”.
En 1992, la Convención del Patrimonio Mundial decide dar cobertura a los paisajes culturales otorgándoles así un reconocimiento y asegurándoles una herramienta de protección desde el punto de vista internacional, al aprobar el Comité una serie de directrices para incluir los paisajes culturales en la Lista del Patrimonio Mundial.
El Comité reconoció que los paisajes culturales representan las «obras conjuntas del hombre y la naturaleza» mencionadas en el artículo 1 de la Convención. Son ilustrativos de la evolución de la sociedad humana y los asentamientos a través del tiempo, bajo la influencia de las limitaciones físicas y / o las oportunidades que presenta el entorno natural, y una consecuencia de los componentes sociales, económicos y culturales, tanto externos como internos.
Actualmente, de los 66 paisajes culturales reconocidos por el patrimonio Mundial sólo uno se encuentra en el área de actuación de Med-O-Med:
Valle Santo (Uadi Qadisha) y Bosque de los cedros de Dios (Horsh Arz Al Rab). Líbano.
Situación actual de los paisajes culturales del Mediterráneo.
Son numerosos las reuniones y encuentros que se han producido a lo largo del tiempo para fijar criterios. Desde Med-O-Med se resalta el último encuentro celebrado en Francia en 2007, donde se reunieron expertos de nueve países de la cuenca Mediterránea, la UNESCO, ICOMOS, la UICN, el Gobierno Francés, así como autoridades regionales y locales para tratar los Paisajes Culturales Agro-pastorales del Mediterráneo.
La finalidad de dicho encuentro, al igual que otros anteriores, era generar una serie de pautas dirigidas tanto al Comité del Patrimonio Mundial, como a los órganos consultivos (ICOMOS e IUCN), y estados miembros que quieran gestionar la inclusión de un paisaje cultural en la Lista de Patrimonio Mundial.
En el documento derivado de este encuentro, se identifica y describe el paisaje cultural agro-pastoral Mediterráneo y se mencionan los valores añadidos que deben ser reconocidos en este tipo de paisajes, así como una serie de recomendaciones. Una vez definido el concepto de pastoreo, el documento describe las características que definen esta clase de paisajes:
- “Se consideran mediterráneos los paisajes que se encuentren en un clima mediterráneo (seco a muy seco en verano, a templado y frío en invierno).”
- “Las sociedades mediterráneas agro-pastorales han creado sistemas complejos y precisos, combinando actividades pastorales con agrícolas y forestales, de tipo intensivo y extensivo (la mayor parte de las veces mixtas y en distinto grado, dependiendo del tiempo y el espacio), así como modos de vida sedentarios, nómadas y trashumantes.
El documento también recoge los valores añadidos tangibles e intangibles, entre los que destacan:
- “Los paisajes agro-pastorales del Mediterráneo existentes en entornos a menudo espectaculares cercanos de las montañas, poseen muestras de gran valor en términos de patrimonio, tales como los ecosistemas y los rastros de las actividades humanas que los modelaron: caminos, canales, hábitats construidos a mano, bancales escalonados, muros de piedra seca, obras hidráulicas, etc.”
- “En cuanto a los otros paisajes pastorales culturales en el mundo, también tienen valores asociativos o intangibles, que no pueden disociarse de sus cualidades tangibles. Las sociedades mediterráneas agro-pastorales poseen conocimientos, saberes, tradiciones y rituales de gran riqueza cultural
- “Sus territorios han servido a menudo como refugio para las minorías étnicas o religiosas, y albergan espacios sagrados de alto valor simbólico. Todos estos valores, tangibles e intangibles, se caracterizan también por una persistencia y tenacidad del pasado en la actualidad”.
El documento finaliza con una serie de propuestas y compromisos para el futuro próximo, que fomenten esta línea de actuación, y por lo tanto la puesta en valor de estos Paisajes Culturales Agro-pastorales Mediterráneos.
Clasificación de los paisajes culturales
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