La escuela de Jardinería Med-O-Med en su quinto año de vida

Estamos en el quinto año de funcionamiento de la escuela de Jardinería Med-O-Med de Salé, en Marruecos, y ha visto la luz la segunda promoción de aprendices diplomados. Aun así, el trabajo y el esfuerzo siguen sin escatimarse para sacar adelante este gran proyecto estructurante y polifacético. Este proyecto “adictivo y trepidante”, según palabras de Enrique de San Julián, el responsable de formación en sus comienzos, se va consolidando y se desarrollan poco a poco sus diferentes componentes. Formación, inserción profesional, sensibilización medioambiental y sostenibilidad económica son los pilares sobre los que se sustenta.

A modo de recuerdo diremos que la Escuela de Jardinería Med-O-Med es un Centro de Formación Profesional para jóvenes en situación de dificultad, reconocido por el Ministerio de la Formación Profesional, y concebido y gestionado por la FUNCI en el marco de su red para el desarrollo Med-O-Med. Pero es a su vez un espacio de sensibilización medioambiental y de ocio verde para el público, así como un vivero de producción.

El centro, que se distribuye a lo largo de ocho hectáreas situadas junto al primer vertedero de proximidad rehabilitado en Marruecos, se va llenando no solamente de la alegre presencia de los aprendices en la realización de sus prácticas, sino de actividades públicas. Talleres infantiles y visitas asociativas llenan de colorido y animación poco a poco las parcelas. En este sentido, se ha firmado un acuerdo con School of Nature para la puesta en marcha de una serie de formaciones temáticas para niños, en torno a la vida en el campo: preparación de un huerto, construcción en adobe, creación de un gallinero, son algunas de las cuestiones acerca de las que aprenden los pequeños y entusiastas hortelanos. Esto, además de responder a una demanda creciente de formación en cuestiones rurales, ayuda a integrarse a dos de las aprendices laureadas de la escuela, Imán y Yamila, que están demostrando ser unas excelentes monitoras.

También se han incrementado los contratos para la inserción profesional de los alumnos y sus prácticas exteriores de formación, entre ellos con la empresa de servicios públicos ARMA, con el NIMAR (Instituto Neerlandés de Marruecos), así como con diversos clientes privados. En cuanto a los servicios de jardinería, siguen a buen paso, pero con tranquilidad, ya que requieren bastantes recursos humanos y movilidad. Estos servicios, ofrecidos por la propia escuela, son una forma de generar algún pequeño ingreso para la misma, al tiempo que sirven de práctica diversificada para los aprendices y de reclamo para su futura empleabilidad.

También se han incrementado los contratos para la inserción profesional de los alumnos y sus prácticas exteriores de formación, entre ellos con la empresa de servicios públicos.

Pero, además de estos servicios retribuidos, la escuela ha participado en varias acciones sociales de su entorno, cuestión que sirve para reforzar el tejido social y estimular a los aprendices. Así ha sucedido, ente otros, con el colegio Sidi Hamida de Salé y la asociación Sable et Cahiers, de Sjirat, en que los aprendices, acompañados de sus formadores, han acondicionado el jardín.

La producción y el vivero

Durante este curso, por lo demás, se ha incrementado la producción vegetal y se está construyendo un nuevo umbráculo y un invernadero. El vivero se convertirá en una de las principales fuentes de ingreso de la escuela, que tiende hacia un autofinanciamiento parcial progresivo a través de sus actividades generadoras de ingresos: alquiler de espacios, venta de plantas, servicios de jardinería y cursos especializados.

Además de los servicios de jardinería retribuidos, la escuela ha participado en varias acciones sociales de su entorno, cuestión que sirve para reforzar el tejido social y estimular a los aprendices.

El vivero, además, forma parte de la práctica de los alumnos, y provee plantas para las reposiciones del parque de la escuela y para los servicios externos.

Con el fin de incrementar su vocación de producción de planta autóctona adaptada al cambio climático, la escuela ha emprendido durante estos meses varias excursiones dirigidas por el productor, Pablo G. Watson, y varios grupos de aprendices, para la colecta de semillas de especies endémicas. Poco a poco, las plantas son demandadas por paisajistas conscientes de la necesidad de invertir los modelos de jardinería al uso, para tender hacia modelos regeneradores.

Sensibilización cultural y ambiental

La sensibilización ambiental y cultural es otro de los ejes del proyecto, no solo para los aprendices, sino también para el público.

Así, durante estos meses la escuela ha organizado varios eventos, entre ellos la conferencia sobre “Ibn Arabi, l’islam en toute universalité”, impartida por el especialista en sufismo Muhammad Valsan. También, la presentación del libro “Anesthésiés, l’humanité sous l’emprise de la technologie”, de Diego Hidalgo Deumeunois, y el seminario “Vers un paysagisme régénérateur” con varios especialistas en la materia.

Durante estos meses la escuela ha organizado varios eventos, entre ellos la conferencia sobre “Ibn Arabi, l’islam en toute universalité”, impartida por el especialista en sufismo Muhammad Valsan

Pero además los chavales han participado en diversas actividades externas de sumo interés, entre las que destacan la Expo Garden -la primera feria de jardinería celebrada en Marruecos, en este caso en Casablanca, y en la que la escuela estuvo presente mediante un estand y una serie de actividades. Una excelente ocasión para la empleabilidad de los jóvenes a través de los contactos establecidos con numerosos profesionales del sector.

Otra de las actividades más exitosas fue la visita de la exposición Sira Annabaouiya (vida del profeta Muhammad), organizada en la sede de la ICESCO (Organización del Mundo Islámico para la Educación, las Ciencias y la Cultura), en Rabat, y al recién inaugurado jardín andalusí de la Kasbah de los Oudaya, tras su reciente -y brillante- rehabilitación. En este mismo recinto, los aprendices tuvieron la ocasión de visitar el recién inaugurado museo de las joyas. Unas actividades que no solamente les sacaron de la rutina, sino les enseñaron ópticas diferentes y enriquecedoras.

Trasvase de conocimientos y retos por afrontar

Este año, además, podemos decir que estamos incrementando el “trasvase de conocimientos” para la progresiva “marroquinidad” del proyecto. A los formadores Lucía Aloise, Mustapha Belharcha y Abdou Idrissi se ha sumado el joven Lahcen Chakik, como formador en formación. También continúan trabajando en el proyecto los auxiliares contratados el año pasado entre los alumnos diplomados: Fouad Baiza, Abdellatif Sasy e Imad Bouhmama, así como Fatima Zohra Njoum en el vivero, que hacen todos un trabajo cada vez más profesional, lo que, para qué ocultarlo, nos llena de orgullo.

Aun así, no podemos omitir las dificultades y los retos a los que la escuela se debe enfrentar. Y los principales consisten en evitar los abandonos escolares, en su mayoría fruto de la presión de las familias para que los jóvenes trabajen junto a ellos o les atiendan, en una cultura en la que falta de constancia y de proyección hacia el futuro son frecuentes. Por ello es importante trabajar, no solo en relación a la mentalidad de los aprendices, sino también de sus familias.

Es también esencial, aunque sin duda se va logrando, cambiar las mentalidades con respecto al oficio de jardinero, y conseguir que los muchachos y las muchachas accedan a trabajos reconocidos y remunerados a la altura de sus capacidades, que al cabo de tres años de formación profesional son grandes. Otro de los retos es la inserción profesional de las jóvenes diplomadas, en un ámbito en que la mujer aún brilla por su ausencia, salvo en las tareas de segunda categoría. En este sentido, hemos constatado que son excelentes como monitoras para niños y personas con capacidades especiales, y que la demanda es importante, abriéndose así un horizonte prometedor para ellas.

Es importante trabajar, no solo en relación a la mentalidad de los aprendices, sino también de sus familias.

Por fin, no hay que dejar de mencionar que todo este trabajo y esfuerzo realizado desde el equipo de FUNCI y de la escuela no daría sus frutos sin el apoyo incondicional del Ministerio, del INDH (Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano), la Cooperación española, la Fundación Drosos y de la Embajada de Francia en Marruecos, entre otras instituciones.  ¡Gracias!

Fundación de Cultura Islámica

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