Murcia mantendrá vivo el recuerdo de Al Andalus con el primer huerto-jardín de la ciudad que albergará la mayoría de árboles frutales, plantas aromáticas y flores que decoraban albercas y marcaban los límites de las quintas de recreo de Ibn Mardanis, el Rey Lobo, que gobernó el pequeño reino de Murcia de 1147 a 1172.
El empeño de la concejala de Parques y Jardines, Adela Martínez-Cachá, y la colaboración y asesoramiento de la Asociación para la Conservación de la Huerta (Huermur), ha permitido la creación de un espacio singular para los nostálgicos de aquellos tiempos en que, según las crónicas de la época, Murcia era apreciada por la fertilidad de sus tierras: «La mayor parte de su suelo dispone de riego –anotó un viajero anónimo–; la rodean por todos lados arboledas y huertos en una distancia de doce millas, de modo que el que se dirige a ella camina bajo la sombra de los árboles, el trinar de los pájaros y el correr de las aguas hasta entrar por la puerta de la ciudad».
Con pretensiones más modestas, la Gerencia de Urbanismo reservó una parcela de 9.000 metros cuadrados entre la avenida Juan de Borbón y la carretera de Churra –en las proximidades del restaurante Torremolinos– para que los técnicos de Medio Ambiente y Parques y Jardines diseñaran este huerto urbano donde en las últimas semanas han plantado casi 400 árboles, 2.256 plantas vivaces y 629 arbustos. Además, se ha instalado una acequia de 16 metros cuadrados, siete juegos infantiles, 54 bancos, 14 papeleras y 82 farolas. El Ayuntamiento ha incluido la visita al jardín andalusí en el programa de Educación Ambiental para que los alumnos de los colegios puedan conocer las especies botánicas que maravillaron al mundo islámico, como las palmeras datileras que evocaban al desierto arábigo, melocotoneros, limoneros, albaricoqueros, membrilleros y naranjos amargos. Además, figuran higueras, olivos, algarrobos, nogales, arces, almeces, ciruelos, caquileros, albaricoqueros, manzanos y nispoleros, milenariamente implantados en la Península Ibérica, y árboles más exóticos como las acacias de Constantinopla, los brachychytos, las aligustres de Japón, las acacias de Japón, las bignonias amarillas, las palmeras de abanico y los cipreses.
«La mayor parte de su suelo dispone de riego –anotó un viajero anónimo–; la rodean por todos lados arboledas y huertos en una distancia de doce millas, de modo que el que se dirige a ella camina bajo la sombra de los árboles, el trinar de los pájaros y el correr de las aguas hasta entrar por la puerta de la ciudad».
Salvias y malvas reales
El huerto-jardín apenas ha empezado a brotar, por lo que los encargados de su mantenimiento tendrán que echar horas para que crezcan abelias, salvias, eremofilas, rosales, durantas, laureles, sauzgatillos y otros arbustos, y darle mimos a plantas como los lilos, celindos, malvas reales, dondiegos de noche, margaritas, patacas y tradescantias para que este espacio sea un auténtico oasis. También se han plantado praderas de césped y alfalfa y arbustos tapizantes y olorosos como mentas, gazanias híbridas y hierbabuena.
Los frutos que se cosechen cada año, según anunció ayer Martínez-Cachá, se destinarán a ONG de Murcia y el mantenimiento correrá a cargo de jardineros municipales. La edil agradeció públicamente a Huermur la aportación al proyecto, que cuenta con especies de plantas vivaces como lirios de San Juan, centaureas y pencas, así como senderos para pasear o practicar deporte. Todo pensado, según la edil, para que los murcianos disfruten de un parque inolvidable.
Fuente: laopiniondemurcia.es
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