Marina Martín, las plantas medicinales y aprender de la tierra

En pleno barranco de Poqueira, Sierra Nevada, Marina Martín cultiva la huerta que su marido dejó al morir; cava, injerta, riega, ordena a su peón, alimenta a las gallinas y recibe a todo aquel que quiere conocerla. Estamos en Pampaneira,  hemos llegado sin previo aviso hasta su finca. Al entrar me han llamado la atención las flores; pero también hay nueces, cerezas, caquis, parras, moras, manzanas y hasta frambuesas. A sus ochenta años Marina espera la caída del sol mientras me cuenta que las plantas duermen en invierno y es bueno hablar con ellas, que la tierra dice qué sembrar y cómo el agua enseña. Marina comparte su saber sobre algunas plantas medicinales y recetas, y el recuerdo de los animales que llenaban su casa.

Marina tiene la palabra fácil, el deseo de enseñar lo que sabe que le anima a mantener un blog – www.marinapampaneira.blogspot.com -,  y la certeza de que en la tierra todo ser tiene su función. Cuando le pregunto qué espera del futuro me dice que ella es feliz así, pero quiere decir a los jóvenes que “la tierra da vida y vivimos con la tierra”.

Hemos hablado durante varias horas pero a la puesta del sol se ha calzado sus botas, ha cogido el azadón y, acompañada por su perra Mona, ha comenzado a regar. Al ver cómo lleva el agua me da la impresión de que es un rito; el rezo de una mujer que da las gracias a la madre que le alimenta.

Texto: Elena García Quevedo.

Fotos: Carlos Pérez Morales.

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