Un enclave mediterráneo inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial como paisaje cultural
En los últimos días se ha incorporado a Med-O-Med Jaume Mateu i Lladó*, en representación del proyecto “Serra de Tramuntana – paisaje Cultural”.
La zona declarada Patrimonio Mundial en 2011 alcanza las 30.000 hectáreas, y está rodeada por una zona de amortiguación de 52.000 hectáreas en la zona terrestre, y una zona marítima (en el litoral) de cerca de 25.000 hectáreas. En el expediente se realizó un análisis comparativo con otros bienes de características similares, que, junto con la justificación de los criterios de inscripción, suponen la base de su declaración de Valor Universal Excepcional.
El paisaje de la Serra de Tramuntana es un ejemplo excepcional de la introducción, por parte de los árabes, de sistemas complejos de irrigación en una isla con largos períodos de sequía, para crear espacios de regadío con los que producir alimentos para la población local.
La Serra de Tramuntana es la principal región montañosa de la isla de Mallorca. Con una extensión aproximada de unos 800 km², ocupa toda la costa norte de la isla y alcanza una longitud de unos 90 kilómetros, por 15 kilómetros de ancho. En esta región se ha desarrollado históricamente un paisaje agrícola de carácter mediterráneo formado a partir de un sistema iniciado en los siglos X y XI, en período islámico, basado en la gestión de los recursos hídricos para el regadío, y al que sucedió un sistema agrícola de secano y de carácter feudal, a partir del siglo XIII -debido a la conquista cristiana de la isla-, basado en la división del territorio en propiedades pertenecientes a la nobleza, cuyos trazos perduran hasta nuestros días. Estas propiedades constituyeron auténticas unidades de producción agrícola, dedicadas principalmente al cultivo del olivo y la producción de aceite, elemento básico de exportación de la isla de Mallorca entre los siglos XV y XIX.
De la combinación de la cultura islámica, gran conocedora del control del agua y los recursos hídricos, y de la cultura cristiana, que impulsó hasta límites casi imposibles la agricultura de secano basada en el aceite y la vid, junto con las condiciones físicas y de aislamiento que caracterizan la zona, resultó el paisaje que aún pervive en la comarca. El paisaje de la Serra de Tramuntana es un ejemplo excepcional de la introducción, por parte de los árabes, de sistemas complejos de irrigación en una isla con largos períodos de sequía, para crear espacios de regadío con los que producir alimentos para la población local.
Red hidráulica
Esta red hidráulica se combina con sistemas de aterrazamiento creados después de la conquista cristiana, cuando la reconversión hacia un sistema feudal implicó la colonización del territorio a partir de los bancales. El resultado es un paisaje intensamente transformado, que ocupa las laderas con bancales para el cultivo del olivo, y abarca desde un sistema de ocupación a través de pequeñas alquerías, a grandes fincas, pueblos y aldeas que salpican el paisaje de la Sierra. Este paisaje ejemplifica un importante intercambio cultural entre musulmanes y cristianos, entre Norte y Sur.
*Jaume Mateu i Lladó (Palma de Mallorca, 1976) es licenciado en Geografía por la Universitat de les Illes Balears. Especialista en Sistemas de Información Geográfica, gestión ambiental y ordenación del territorio y urbanismo. Ha sido Director Insular de Ordenación del Territorio del Consell de Mallorca entre los años 2007 y 2011, etapa en la que ha coordinado el proyecto para la declaración de la Serra de Tramuntana de Mallorca como Patrimonio Mundial, en la categoría de Paisaje Cultural. Actualmente es consultor en el ámbito de la planificación territorial y el paisaje. Su proyecto de tesis versa sobre el paisaje cultural de la Serra de Tramuntana.
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