Debido a la insostenibilidad manifiesta del sistema financiero actual, Med-O-Med, en el marco de su línea de desarrollo sostenible, trata de contribuir a un desarrollo más justo y equilibrado mediante soluciones surgidas en el seno de la cultura islámica, para facilitar la sostenibilidad social, ambiental y económica.
En las últimas décadas, la banca islámica ha crecido sustancialmente, alimentada por el boom del petróleo. Este modelo de negocios tiene como particularidad seguir los preceptos éticos del Corán, que se basan en la economía real y no en la especulación, así como en la asociación y en el reparto de los riesgos de inversión y no en la usura.
La emergencia de la banca islámica como la conocemos hoy en día es relativamente reciente, aunque se constata la existencia de un sistema financiero islámico desde el siglo VIII después de Cristo. La aparición de la banca islámica en su forma moderna está estrechamente vinculada al renacimiento cultural islámico y los movimientos independentistas de la mitad del siglo XX que pusieron en cuestión la dependencia económica hacia Occidente. De allí surgió la idea de desarrollar un sistema económico inspirado del Islam como alternativa a un sistema financiero occidental basado en la usura.
Las primeras instituciones financieras que aplican este modelo de negocio aparecen en Malasia y en Egipto en los años 60. En 1963 se crea el primer banco islámico en Egipto (Mit Ghamr Islamic Bank). Sin embargo, el que se considera como el primer banco moderno de las finanzas islámicas es el Dubai Islamic Bank, creado en 1975 en Dubai.
La filosofía de la banca islámica parte del principio de que el dinero es un medio de intercambio y no un fin en sí mismo. Su valor representa el valor de un bien real, lo cual se traduce que en la práctica todos los productos financieros del Islam deben ser respaldados (asegurados) por activos reales.
El beneficio se interpreta como la recompensa a un riesgo asumido o a un servicio prestado. Por lo tanto, la obtención de un beneficio tiene que estar vinculada al trabajo y a la economía real.
La banca islámica se basa en los principios éticos del Corán y se sustenta en dos preceptos clave que prohíben:
- la usura (la riba), es decir la prohibición del interés y de la especulación, de acuerdo con el verso 275 de la segunda sura del Corán.
- financiar proyectos relacionados con actividades consideradas “impuras” como la producción o venta de armas, el alcohol, el tabaco, la pornografía, los juegos de azar, o todas actividades que pueden incitar a la decadencia del ser humano.
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