Garbanzos, zumo de limón, tahina, o pasta de sésamo, y aceite de oliva. Estos son los ingredientes principales de una de las cremas más famosas del mundo: el hummus. Este puré de garbanzos de miles de años de antigüedad y cuya procedencia aún está en disputa, se ha convertido, en lenguaje del siglo XXI, en un alimento viral. Aunque no se sabe de qué país concretamente, sí sabemos que la receta del hummus nació en Oriente Medio, desde donde, comenzando por Grecia, se ha extendido a todos los países de la cuenca mediterránea, llegando hasta los extremos más septentrionales del continente europeo.
El nombre completo es hummus bi tahina, ya que en árabe hummus significa simplemente “garbanzo”, y es que esta legumbre, cocida y hecha puré, es el componente principal de la crema. A este puré se le añaden zumo de limón, aceite de oliva y tahina, una pasta de semillas de sésamo molidas con sal. Sin embargo, las variaciones en la receta del hummus son tan amplias como los lugares en los que se consume. No hace falta salir de Oriente Medio para encontrar múltiples versiones, como las de Líbano, Palestina, Turquía, Siria o Armenia. Y, por descontando, si lo probamos en Grecia descubriremos que este es bastante diferente al que se consume en el mundo árabe.
A este puré se le añaden zumo de limón, aceite de oliva y tahina, una pasta de semillas de sésamo molidas con sal.
La forma de servir este alimento también varía según el lugar en el que nos encontremos, pero es bastante frecuente servirlo en el desayuno. En las últimas décadas su consumo se ha extendido masivamente en el mundo occidental debido, en parte, al auge de veganismo y vegetarianismo, debido a sus propiedades nutritivas; además de ser alto en proteínas y fibra y bajo en grasas y azúcares. Un hecho común en casi todo el mundo es que se come acompañado de un pan plano, como podría ser el típico pan de pita.
La cuestión del origen
El lugar de nacimiento del hummus es uno de los conflictos gastronómicos más candentes del momento. Con el auge de su popularidad en el mundo occidental son muchos los países orientales que quieren atribuirse la creación de este alimento, llegando a acusarse unos a otros de apropiación cultural.
En 2008 se inició la denominada “guerra del hummus” con la demanda a Israel por parte de la Asociación de Industriales de Líbano, alegando que les habían robado la receta y la estaban comercializando como propia.
En 2008 se inició la denominada “guerra del hummus” con la demanda a Israel por parte de la Asociación de Industriales de Líbano, alegando que les habían robado la receta y la estaban comercializando como propia. El trasfondo, además de político, tenía tintes económicos, pues las previsiones cifran que en 2027 el mercado mundial de hummus rondará los 1.104 millones de dólares. Cifra que justifica la carrera de estos dos países por elaborar el plato de pasta de garbanzo más grande de la historia. El premio se lo llevó, y lo ostenta por el momento, Líbano, donde en mayo de 2010 el chef Ramzi Choueiri cocinó un plato de 10.452 kilos. La comida fue hecha por alrededor de 300 estudiantes de cocina bajo la dirección del chef Ramzi, y se sirvió en una fuente de cerámica que medía 7,17 metros de diámetro, creado por el arquitecto local Joe Kabalan.
La forma de servir este alimento también varía según el lugar en el que nos encontremos, pero es bastante frecuente servirlo en el desayuno.
Guerras alimentarias aparte, lo que es indiscutible es que el hummus ha conquistado por el estómago a personas de todos los países del mundo, especialmente a aquellos que se adscriben a la dieta mediterránea y a sus ingredientes especialmente saludables. Actualmente es fácil encontrar esta crema en casi cualquier supermercado, y no solo en su versión original, sino en múltiples y exóticas variantes, desde hummus de alcachofa, de acelgas o de altramuces, hasta hummus con aderezos tan sabrosos como paprika, nuez moscada o aguacate.
Patricia Montoro
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