«Un cadi de Málaga se quejó malhumorado, en cierta ocasión, del régimen alimenticio al que le tenía sometido su médico, impidiéndole comer los higos de su tierra, pasaje que recogió al-Himyari en el siglo XIV:
¡Oh, higos de Málaga… yo os saludo!
Los navíos, por vosotros, vienen a esta ciudad.
El médico me ha prohibido que os coma durante mi enfermedad,
¿por qué el médico me prohíbe el objeto al que está
vinculada mi vida?»
Del libro «El enigma del agua en al-Andalus», Cherif Abderrahman Jah. Editorial Lunwerg
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