La semana pasada la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI) realizó una serie de visitas privadas al jardín andalusí creado en el corazón del Jardín Botánico el Rabat (Marruecos).
Estas visitas están destinadas a dar a conocer este proyecto, así como la rehabilitación del pabellón neo morisco adjunto, y la exposición que alberga actualmente: “Al-Andalus, una cultura del agua”.
El proyecto fue diseñado por la FUNCI en el marco de su programa Med-O-Med, y realizado en colaboración con la Wilaya, o gobernación, de Rabat, y el INRA (Instituto de Investigaciones Agronómicas). Se inserta en pleno centro del Jardin d’Essais Botaniques, un fabuloso jardín de aclimatación concebido a principios de siglo XX por Jean Nicolas Forestier, que está en pleno proceso de rehabilitación, por lo que sus puertas aún no han sido abiertas al público, aunque se espera que lo hagan próximamente.
El proyecto fue diseñado por la FUNCI en el marco de su programa Med-O-Med, y realizado en colaboración con la Wilaya, o gobernación, de Rabat, y el INRA (Instituto de Investigaciones Agronómicas).
Las visitas se centraron esta vez en los miembros del Círculo Diplomático de Rabat, formado por las esposas de los Embajadores de los distintos países y organizaciones internacionales, y del que forma parte la FUNCI, así como en diversas personalidades e intelectuales marroquíes.
El agua en tierras andalusíes
La exposición “Al-Andalus, una cultura del agua” complementa el jardín de estilo andalusí y la rehabilitación del Minzah, o pabellón de recreo, diseñados y restaurados, respectivamente, por nuestro colaborador, el arquitecto Antonio Almagro (Escuela de estudios Árabes de Granada), y el agrónomo Esteban Hernández (Universidad de Córdoba).
En esta exposición, cuyo contenido se basa en el libro de Cherif Abderrahman Jah “El enigma del agua en al-Andalus”, se trata de diversas temáticas. Entre ellas destaca la peculiaridad del agua desde una perspectiva científica, lo que la convierte en un elemento único de la naturaleza, así como su simbología en las principales civilizaciones, y su significado profundo en el Islam, desde un punto de vista coránico y espiritual.
En la muestra se explican además las distintas instituciones encargadas del abastecimiento y la distribución del precioso elemento, así como las particularidades de la infraestructura hidráulica de la época.
La exposición, de cuidado diseño a cargo de Miguel Ripoll, y con abundantes fotografía de Inés Eléxpuru y Carlos Martínez, también trata de la importancia del agua para el florecer urbano y rural de al-Andalus, en especial desde un punto de vista social, ya que su reparto, por primera vez gratuito y equitativo, permitió un desarrollo extraordinario.
En la muestra se explican además las distintas instituciones encargadas del abastecimiento y la distribución del precioso elemento, así como las particularidades de la infraestructura hidráulica de la época: norias, aceñas, azudes, albercas, acequias y demás. También aborda la importancia del agua en la arquitectura de los jardines y como modeladora del paisaje agrícola, del que aún conservamos una parte esencial en la península Ibérica.
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