La civilización islámica se caracterizó desde los primeros siglos por una admiración especial por la naturaleza y el paisaje, como se puede apreciar a través de su producción escrita, e incluso pictórica y ornamental. Por ello, y con el fin de acercar la naturaleza a la vida cotidiana y hacerla cómoda y accesible, los musulmanes crearon bellos jardines, como se pueden aún contemplar en España, Siria, Turquía, Irán o el Magreb. Además, modificaron el paisaje natural con el fin de cultivarlo y beneficiarse de él, siempre de forma respetuosa y equilibrada.
Parte de estos paisajes correspondientes a los cultivos escalonados, el cultivo del arroz, el olivo y la vid, la pesca en albuferas, las dehesas y la huerta, forman parte todavía del paisaje tradicional mediterráneo.
En lo que respecta a la jardinería, se caracterizaba por el uso de especies tanto autóctonas como exóticas, muchas veces fruto de su traslado e introducción desde diversas regiones del Mediterráneo, Norte de África y Oriente Próximo.
Estas especies botánicas tenían un marcado valor ornamental, pero eran también apreciadas por la utilidad de sus frutos, maderas, resinas y virtudes medicinales. Así, en estos huertos y jardines, la función estética se unía a la utilidad de las plantas aclimatadas con fines agronómicos o terapéuticos. Ligados en ocasiones al poder y la nobleza de sus mandatarios, estos jardines, huertos y predios alcanzaron una belleza, complejidad y evolución en el tiempo, que dibujan uno de los capítulos más apasionantes de la historia de la jardinería y la agricultura.
Riqueza cultural
En los jardines islámicos y andalusíes se materializaba una gran riqueza cultural y un elevado conocimiento técnico y científico relativos, no sólo al cultivo de las plantas sino, muy especialmente, a la gestión del agua, el control biológico de las plagas y enfermedades y el uso equilibrado del suelo agrícola y sus abonos.
Todo ello configuró un modelo de gestión que ahora se llamaría ecológico. Un modelo que hoy también pudiera quedar perfectamente integrado en el actual compromiso con el uso y conservación de la biodiversidad y con los criterios de sostenibilidad que caracterizan el moderno paradigma de relación entre el ser humano y los recursos naturales.
El Programa “Med-O-Med, Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio”, surge para revalorizar y conservar y este rico patrimonio. Med-O-Med, haciéndose eco de la carencia de centros de investigación y de sensibilización medioambiental existentes en los países de cultura islámica de estas regiones, se ofrece como una herramienta de trabajo de cooperación internacional para la conservación de la diversidad paisajística. Med-O-Med desea fomentar el respeto a la naturaleza desde la propia raíz del ser humano que en ella habita, así como el respeto a la identidad del pueblo a través de su interacción con el medio natural.
- Med-O-Med se marca como objetivo la defensa del medio, la conservación del patrimonio natural y cultural y la biodiversidad, como elementos que giran alrededor del conocimiento de la civilización y la identidad islámicas, eje principal sobre el cual giran las acciones.
- Med-O-Med concibe un programa de cooperación internacional a través de los Paisajes Culturales. Los Paisajes Culturales se revelan como una herramienta innovadora en la sensibilización acerca del medio ambiente, y su conservación.
- Los Paisajes Culturales son un instrumento clave en la en la búsqueda de un lenguaje común, una vía de diálogo y acercamiento entre culturas y un espacio para la paz.
Definición de paisajes culturales
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