Los pasados días 17 y 18 la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI) estuvo presente en el encuentro científico “Mirando hacia el futuro. Patrimonio y desarrollo”, organizado en la Universidad de Baeza por el Campus de Excelencia Internacional en Patrimonio Cultural y Natural (CEI), bajo la dirección de la experta en paisajes culturales y colaboradora de la FUNCI, Mónica Luengo Añón. Dicho campus de excelencia reúne hasta un total de 10 universidades públicas andaluzas y se centra en el desarrollo, la innovación y la investigación.
La FUNCI, como representante de la sociedad civil, fue invitada a presentar su Programa de Cooperación Internacional “Med-O-Med, Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio”, en una mesa redonda dedicada a la cooperación. Fruto de este seminario, y debido a los numerosos puntos de encuentro existentes entre los objetivos de Med-O-Med y el CEI Patrimonio, ambas redes firmarán previsiblemente un convenio marco.
El proyecto CEI ha puesto en marcha una Red de Expertos y organiza congresos y encuentros que propicien el acercamiento entre la universidad, la empresa y la sociedad
El proyecto CEI, de reciente creación, ha puesto en marcha una Red de Expertos y organiza congresos y encuentros que propicien el acercamiento entre la universidad, la empresa y la sociedad y, a través de su máster “Patrimonio Cultural y Natural: innovación, desarrollo e investigación”, apuesta por la formación de expertos profesionales.
Intervenciones a favor del patrimonio
Abrió la sesión del 16 de mayo el arquitecto y dibujante José María Pérez Peridis con una intervención llamada “Patrimonio y la vida misma”, llena de notas autobiográficas, de humor y de anécdotas. Peridis explicó su intensa trayectoria a favor del patrimonio, el surgimiento de su labor más importante: la creación de las Escuelas Taller, y recordó conceptos como el de patrimonio, cuya raíz deriva de padre y patria, y que, según sus palabras, representa la memoria y el recuerdo de los que nos han precedido. “Su pérdida”, dijo, “es el alzhéimer de la sociedad”. También parafraseó a Unamuno cuando decía que hasta una ruina puede ser una esperanza.
La Secretaria General del ICOMOS, Benedicte Selfslagh, destacó el rol social y económico del patrimonio como generador de riqueza. Se refirió a que se debe pasar del “derecho del patrimonio al derecho al patrimonio”. También insistió en conocer la percepción que de él se tiene tanto por parte del Estado como de la población porque, dijo, no siempre coincide. A continuación el geólogo Pedro Ruiz Ortiz, de la Universidad de Jaén, que habló sobre patrimonio natural, se hizo eco de algunas voces ambientalistas que empiezan a ser críticas con los programas de reintroducción y conservación de ciertas especies, debido a su imposibilidad y el gran coste que conllevan porque, alegan, los hábitat están tan degradados que todo intento se convierte en estéril. Se refirió además a la importancia de la geología dentro de la protección y el estudio del patrimonio natural. En lo que respecta al desarrollo, Ruiz Ortiz puso el dedo en la llaga cuando comentó que los países ricos gastan los recursos correspondientes a cinco planetas Tierra para su subsistencia. Señaló al patrimonio como fuente de prosperidad y desarrollo según informes realizados por la UE.
Durante el día 18 intervinieron diversos expertos internacionales. La representante china del ICOMOS, Lie Xie, explicó conceptos propiamente chinos aplicados a la vivienda, el paisaje y el urbanismo, como son el Zhou y el Feng Shui, que intentan crear un ambiente armonioso, espiritual y pacífico en el que el ser humano se haga uno con lo que le rodea, y que tienen en cuenta las fuerzas de la naturaleza como parte de un todo orgánico.
México estuvo representado por Salvador Aceves, miembro de la Academia Nacional de Arquitectura, quien puso el ejemplo de la rehabilitación del convento franciscano de Santa Ana y sus jardines (en Tzintzuntzan) como ejemplo de conjunto patrimonial, y expresó que “el paisaje tiene el germen de la equidad: es igual para ricos y para pobres”.
Cerró la sesión de la mañana José María Ballester, director del Programa “Territorio y Patrimonio” de la Fundación Marcelino Botín. Ballester habló de la “desterritorialización” del patrimonio cultural, ya que pertenece a todos y no se limita ya un territorio. “Vivimos juntos y en la era de la globalización, y por lo tanto tenemos derecho a apropiarnos de otras culturas”, aseguró. Hizo una interesante descripción de los diferentes convenios del paisaje y del patrimonio, y habló de los peligros de la destrucción del patrimonio como un arma propia de la xenofobia, como sucedió en Bosnia y en Iraq. También criticó las políticas urbanísticas al uso que, “son excluyentes y nos hacen vivir ovejas con ovejas, y gallinas con gallinas”, no favoreciendo de este modo la diversidad cultural y la convivencia. También arremetió contra “la manía del perímetro en urbanismo”, que una vez más excluye y separa, cuando el territorio de una aldea son también su mies, sus pastizales y sus bosques.
“El patrimonio es de todos y para todos. Tiene sus derechos y sus obligaciones, y no podemos dejarlo solamente en manos de los gobiernos”.
Las conclusiones corrieron a cargo de María Ángeles Peinado, directora del CEI, y de Carmen Añón, que, con su magisterio, cerró el acto con un acertado resumen del encuentro, recalcando la dimensión social y económica del patrimonio, así como la importancia de la implicación civil en su protección. “El patrimonio es de todos y para todos”, aseveró, “tiene sus derechos y sus obligaciones, y no podemos dejarlo solamente en manos de los gobiernos”.
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