Amanece junto al río Vélez en las tierras de Vélez Málaga, cabeza de la comarca de La Axarquía. Viajamos al este de la provincia de Málaga a través de un paisaje que se esculpe en torno al agua, a las acequias que se abren desde los ríos, a los acuíferos, y hoy también en torno al pantano de La Viñuesa. El agua reverdece una tierra diversa y abrupta, encajonada en las cordilleras Béticas con el Parque Natural de Tejada, Almija y Alhama, que en la montaña aún se cultiva en bancales y junto al mar recuerda al trópico con 18º de media y 2.935 horas de sol.
La impronta morisca sobrevive en los sistemas de riego tradicionales y alimenta un vergel de frutales y huertos, que compite con el hormigón del turismo y los invernaderos. Las acequias dan paso a las gomas de goteo; las norias ya no están. Cambia el paisaje y con él la memoria de la gente.
Vélez Málaga fue uno de los últimos bastiones nazaríes conquistados antes de Granada. Los moriscos permanecieron en las alquerías y mantuvieron vivo el paisaje; también el saber cuyo rasgo seguimos.
Texto: Elena García Quevedo.
Fotografía: Carlos Pérez Morales.
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