Un gran número de edificios, manuscritos, objetos y textiles propios de la cultura islámica están ornamentadas con diseños vegetales empleados solos o en combinación con los otros tipos principales de decoración: motivos geométricos y representación figurativa. A diferencia de la caligrafía, cuyo uso se popularizó en los primeros tiempos del Islam, ya que significaba un nuevo modo de desarrollo, los diseños vegetales y los motivos que éstos incorporan fueron extraídos de las tradiciones bizantinas del este del Mediterráneo y del Irán sasánida.
Los primeros siglos de la era islámica muestran la adopción inicial de motivos y patrones semi naturalistas de origen pre-islámico, a lo que siguió una amplia experimentación para adaptar estas formas a los nuevos gustos y el sentido estético de los primeros musulmanes.
Los primeros siglos de la era islámica muestran la adopción inicial de motivos y patrones semi naturalistas de origen pre-islámico, a lo que siguió una amplia experimentación para adaptar estas formas a los nuevos gustos y el sentido estético de los primeros musulmanes. No fue sino hasta la época medieval (siglos X-XII) que surgió un estilo altamente abstracto y propiamente islámico, dando forma al más genuino y original motivo, a menudo conocido como «arabesco». Este término fue acuñado a principios del siglo XIX tras famosa expedición de Napoleón en Egipto, que tanto contribuyó al fenómeno del orientalismo en Europa y más tarde en los Estados Unidos. Arabesco significa simplemente «a la moda árabe» en francés, y algunos estudiosos del arte islámico lo utilizan aún hoy en día.
Asia occidental
Con la invasión de Asia occidental por los mogoles en el siglo XIII y el establecimiento de una corte mogol en Irán en los siglos XIII y XIV, numerosos motivos y patrones chinos fueron adoptados, aunque a veces de forma notablemente modificada. Este período conoció muchas transformaciones en el lenguaje decorativo del arte islámico, que habría de durar siglos.
En la Europa del siglo XVI, primero en Italia y luego en el Norte, los motivos vegetales de estilo islámico se desarrollaron sobremanera. En los imperios otomanos, safávidas y mogoles (actuales Turquía, Irán e India) de los siglos XVI y XVII, se establecieron complejas versiones de los modelos establecidos, incorporando en ocasiones un nuevo interés hacia las flores y los capullos de aspecto naturalista. Con la excepción del jardín y su referencia al paraíso, los motivos y modelos vegetales en el arte islámico están en gran medida desprovistos de significado simbólico.
Fuente: Metropolitan Museum
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