Lahcen Kabiri : La alarmante situación de los oasis marroquíes

Lahcen Kabiri, colaborador de la red Med-O-Med y presidente de la AOFEP (Asociación Oasis Ferkla para el Medioambiente y el Patrimonio), ha sido entrevistado por el periódico «Liberation.ma» con ocasión a la COP22, que se celebrará en Marruecos, a propósito de la finalización de un proyecto de sensibilización y educación ambiental para el desarrollo sostenible de los oasis.

Es poco común encontrar una persona que sea, al mismo tiempo, un experto y un activista comprometido con su ámbito de especialidad. Tal es el caso de Lahcen Kabiri, especialista en la «cultura de los oasis», lo que le ha permitido tener una visión propia que aporta los conocimientos adecuados a su trabajo. Profesor universitario en la FST d’Errachidia y presidente de la asociación Ferkla, combina la teoría, la práctica y su pasión en este ámbito concreto. En vísperas de la COP22, y sobre la base de sus conocimientos y experiencia en el desarrollo de un gran proyecto de oasis, ha ofrecido sus análisis y puntos de vista en la entrevista que se expone a continuación:

Autogestión medioambiental en los oasis

– Liberación (L): en vísperas de la cumbre COP 22, acaba de finalizar el proyecto « Gobernanza de recursos hídricos », ¿en qué consiste este proyecto?

– Lahcen Kabiri (LK): Este proyecto, financiado por la Unión Europea, UE-ONG de refuerzo institucional para la autogestión medioambiental a través del fortalecimiento de la capacidad de las ONGs, se inició en forma de partenariado con el programa de micro financiamientos de la FEM (Fondo Mundial para el Medioambiente)- PNUD Marruecos, en el marco del proyecto PACO3 (Programa de acciones concertadas en los oasis 2013-2016), y ha sido ejecutado por la asociación Ferkla para el Medioambiente y el Patrimonio (AOFEP) como punto focal en Marruecos de la Red Asociativa de Desarrollo sostenible de los Oasis (RADDO).

En lo que respecta a sus objetivos, el proyecto refuerza los conocimientos de la sociedad civil en materia de gestión y puesta en práctica de los proyectos y programas medioambientales, el acceso a los conocimientos específicos en esta temática, la asistencia técnica, y la influencia de las políticas y de los lugares vinculados al sector del agua (fundamentalmente la ley 10-95 sobre el agua).

El objetivo es evaluar el impacto y la adecuación en relación con la especificidad de la cultura de los oasis, dentro de la planificación y gestión de los recursos hídricos, y formular recomendaciones al respecto.

– L: Ahora que está finalizando el proyecto «autogestión de los recursos hídricos del Oasis» ¿cuáles son las principales recomendaciones que se han emitido?

– LK: Es difícil ofrecer una respuesta breve, dado que se trata de un gran proyecto que ha contribuido al análisis de la problemática actual que afecta a los diferentes actores clave en el oasis, como es la gestión sostenible y la gobernanza de los recursos hídricos. Como bien escaso, el agua es un bien básico y un eje fundamental para el desarrollo de la vida; sin embargo, desde hace dos décadas la población que vive principalmente de los productos que requieren el uso de los recursos hídricos sufre una enorme presión ante la escasez existente.

El objetivo es evaluar el impacto y la adecuación en relación con la especificidad de la cultura de los oasis, dentro de la planificación y gestión de los recursos hídricos, y formular recomendaciones al respecto.

Una primera e importante recomendación en este contexto es en la necesidad de realizar una revisión, por parte de nuestra asociación, tanto de la ley 10-95, como del proyecto de Ley 35-16 sobre el agua, con el fin de garantizar que se respeten las características específicas necesarias para salvaguardar las áreas de los oasis. En segundo lugar, hemos constituido una red de asociaciones que centran sus acciones y reflexiones sobre cuestiones relacionadas con el agua, lo que ha generado una estructura que cuenta con la representación de todas las zonas de los oasis de Marruecos.

-L: ¿Cuál es el enfoque adoptado en la gestión y ejecución de este proyecto?

-LK: Se necesita un enfoque apropiado en las zonas de intervención. Las zonas de los oasis seleccionadas han sido las provincias de Figuig, Errachidia, Midelt, Tinghir, Ouarzazate, Zagora y Tata.

Después de enero de 2015, se han desarrollado muchas acciones con un espíritu de concertación y participación efectiva. Desde el inicio, éramos conscientes de que el éxito del proyecto dependía de nuestra capacidad para implicar a todos los actores potenciales, así como a todos aquellos ya interviniendo Esto incluye a más de 250 actores de la cultura del oasis y de sectores relacionados: las asociaciones de desarrollo local y los consumidores de agua para la agricultura, que constituían el principal público objetivo del proyecto; cooperativas; agrupaciones de interés económico; los organismos de apoyo y/ o afectados por la gestión del agua; instituciones de investigación; universidades; empresarios; investigadores; estudiantes y medios de comunicación se han implicado directamente en la ejecución del proyecto. Las actividades desarrolladas incluyen acciones de formación a escala regional y local, recomendaciones políticas, talleres políticos a nivel local y regional, informes para los medios de comunicación, y paneles de expertos. Se han desarrollado instrumentos que puedan tener un impacto directo o indirecto en el futuro, tales como la elaboración de documentos de posicionamiento común, la distribución de boletines electrónicos mensuales y el lanzamiento de una campaña mediática.

-L: ¿Existe algún documento de referencia disponible sobre este tema?

-L: ¿Cómo ha sido acogido el proyecto por la sociedad civil?

-LK: Se trata de una cuestión muy interesante, en la medida en que los vínculos de confianza siguen siendo el principal activo entre la asociación portadora del proyecto y población local beneficiaria. Sin duda, la participación de las poblaciones afectadas sigue siendo un factor clave para el éxito de este proyecto, ya que requiere su implicación en todas las fases del proyecto, desde la planificación y ejecución hasta su evaluación. De hecho, muchos proyectos fracasan tanto por la falta de participación de las personas clave para alcanzar los resultados previstos, como por la falta de comunicación con los beneficiarios. Por ello, podemos estar orgullosos de la implicación efectiva de los actores claves, que ha supuesto un valor añadido para el proyecto, por ejemplo, en la implicación de asociaciones en las obras de mantenimiento del proyecto, como, por ejemplo, en las jettaras.

-L: ¿Cómo ve la continuidad del proyecto en el largo plazo?

-LK: Diseñamos y desarrollamos los proyectos de acuerdo con la metodología reconocida a nivel internacional. En concreto, partimos de un enfoque de diagnóstico participativo en colaboración con todos los interesados y beneficiarios. La rendición de cuentas, así como los talleres de apoderamiento, ha hecho posible la transferencia de conocimiento y la asistencia de algunos expertos. No obstante, lo que garantiza la continuidad del proyecto es, fundamentalmente la necesidad urgente de preservar el oasis y de asegurar que la vida perdure en estas áreas naturales donde el ser humano es el principal responsable de la degradación de estos ecosistemas frágiles.

El oasis marroquí frente al cambio climático

-L: ¿En qué estado se encuentra, actualmente, el oasis marroquí y que políticas públicas sería necesario impulsar al respecto?

-LK: En mi humilde opinión, yo diría que la situación es alarmante. Sin duda, se está realizando un esfuerzo en la protección del oasis, pero es insuficiente en comparación con las deficiencias que se observan en el terreno. La causa principal del insuficiente impacto en las acciones impulsadas para salvaguardar el oasis es la falta de coordinación en los programas de investigación y ejecución entre los distintos actores institucionales, internacionales y civiles locales. Así mismo, hay que destacar la falta de selección de programas para desarrollar en estos espacios, la extensión de los oasis y el problema de la desertificación y la sedimentación que los amenazan. En este sentido, es necesario actuar de forma conjunta y coordinada con el fin detener la degradación, salvar la vida y el patrimonio de los oasis e impulsar acciones para la conservación de un ecosistema respetuoso con el medio ambiente.

-L: En este contexto, ¿qué impacto está teniendo el cambio climático en los oasis?

-LK: El problema es universal, pero afecta cada vez más a las zonas de oasis debido a la actuación de los seres humanos sobre la naturaleza y a su intención de someterla sus caprichos. Antes de responder a esta pregunta, es preciso señalar que el oasis es, en su origen, un ecosistema frágil que sufre constantemente cambios climáticos, tales como la sequía, inundaciones, enarenamiento, etc. Estos fenómenos han existido siempre, la novedad es la actual relación irresponsable del ser humano con miles de oasis, que hace que estos espacios no pueden enfrentarse a esos cambios.

-L: ¿Qué rol desempeña la sociedad civil en la adaptación al cambio climático?

-LK: La sociedad civil tiene un papel destacado. Es hora de que las asociaciones comprendan científicamente todos estos fenómenos, de modo que puedan sensibilizar a los ciudadanos y movilizarlos contra estas amenazas. Los programas y planes de acción de las asociaciones deben dirigirse a la defensa contra las políticas públicas no respetuosas con el medio ambiente, y a garantizar el derecho de las poblaciones de los oasis a proyectos adecuados y apropiados para estas zonas específicas.

L: ¿Cuáles son sus expectativas, como actores civiles especializados en los oasis, en la COP 22 prevista para noviembre en Marrakech?

LK: Los programas y planes de acción de las asociaciones deben dirigirse, más bien, al desarrollo de acciones contra las políticas públicas no respetuosas con el medio ambiente, y al derecho de las poblaciones de los oasis a disponer de proyectos adecuados y apropiados a las características de estas áreas.

La COP 22 será, sin duda, una oportunidad para nosotros como actores y asociaciones civiles, para sensibilizar y dar a conocer las acciones impulsadas en defensa de las zonas de los oasis a nivel internacional. Es necesario que la población conozca la situación del oasis, sus características, sus productos, la cultura, su patrimonio, y los problemas que afectan al medio ambiente.

Asimismo, esta cumbre será una oportunidad para reunirse con las partes interesadas y con expertos y donantes de todo el mundo, fomentando el intercambio y el debate para luchar contra los fenómenos negativos que afectan a las zonas de oasis.

La COP 22 será, sin duda, una oportunidad para nosotros como actores y asociaciones civiles, para sensibilizar y dar a conocer las acciones impulsadas en defensa de las zonas de los oasis a nivel internacional.

Sin embargo, no podemos permanecer en silencio sobre una cuestión importante, todo el mundo tiene previsto ir a Marrakech, sin tomar las medidas necesarias y esenciales previas para poder sensibilizar y poner de relieve el problema de los oasis. Ministerios, instituciones, servicios externos, actores civiles, organizaciones involucradas en zonas de oasis, entre otros, acuden a este evento sin preparación previa, y sin una posición común y bien trabajada que permita aprovechar esta oportunidad única para dar más visibilidad a este problema. Considero que esta no es la manera más apropiada de preparar una cumbre o una reunión internacional.

Marrakech debería ser una cita para defender nuestra tierra, nuestra cultura y nuestro patrimonio, y para preservarlo para las generaciones futuras. Por lo tanto, es imperativo pensar de forma colectiva y global, de modo que podamos impulsar una acción local eficaz que permita la justicia climática. Este fin sigue siendo el objetivo principal de todas las acciones de la sociedad civil y debería imponerse de una manera concertada a todos los responsables políticos, en todos los niveles.

Traducción: Myriam de la Cavada. FUNCI

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