Es Ingeniera Técnico Agrícola, ha estado vinculada a los sindicatos agrarios o al mundo rural desde siempre, y hasta tiene su propia finca. Pero hoy llego a Cristina López García porque trabaja en el centro de desarrollo rural del Valle de Ricote y supervisa los proyectos y las subvenciones. A sus más de cincuenta años ha visto cómo el gran productor de frutas de hueso y cítricos que era el Valle de Ricote pasaba a ser la comarca con menor renta per cápita de la Región; también, cómo el boom de la construcción dejaba ricas tierras baldías.
Ahora observa escéptica la llegada de la tecnología para modernizar el sistema de riego tradicional y ve la amenaza que puede suponer el riego por goteo para el actual paisaje. A primera hora de la mañana me habla de los cultivos tradicionales en la comarca, del abandono de la tierra y de las nefastas consecuencias de la política agrícola:
“La huerta son pequeñas explotaciones muy rentables hasta los setenta. Estaban regadas por acequias y azarbes. El sistema no desperdiciaba el agua; el agua creaba los subarbios alrededor que permitían que la tierra fuera rica, pero hubo un gran quiebro: Esta zona era la más rica de la región cuando llegó el trasvase y trajo la agricultura de invernaderos y una industria agraria muy tecnificada. Todo ello hizo que esta zona se quedara obsoleta y que pasara de ser la zona más rica de la Región de Murcia, a la más pobre. Hoy existe el peligro de abandono cuando muera la generación que los fines de semana va a la finca. Además, el boom de la construcción ha dañado el Valle y hay poco criterio al marcar políticas: Mientras intentas subvencionar las norias la propia administración subvenciona la modernización de los regadíos.» Para esta mujer de armas tomar » la solución está en hacer Política fijándose en la gente, en los ciudadanos y no sólo en los intereses económicos”.
Texto: Elena García Quevedo.
Fotos: Carlos Pérez Morales.
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