Este vídeo recoge una entrevista a Inés Eléxpuru, directora de comunicación de la Fundación de Cultura Islámica, realizada por el Instituto Francés de Rabat. La entrevista se enmarca en el programa “Demain dès aujourd’hui” (El mañana del presente), que destaca importantes iniciativas de la sociedad civil para proteger el medio ambiente. El vídeo se centra en la labor de la Escuela de jardinería Bouregreg, un proyecto de inserción laboral con un fuerte carácter social, cultural y medioambiental.
A continuación, transcribimos la entrevista en castellano:
Instituto Francés: ¿En qué consiste vuestro proyecto?
Inés Eléxpuru: Se trata de un proyecto de colaboración hispano-marroquí, a través del cual se ha desarrollado la primera escuela de jardinería en Marruecos. Ya existía una formación paisajística y agrónoma, pero no en jardinería, a pesar de la alta demanda [en este ámbito]. Antes de lanzar el proyecto, realizamos un estudio sobre su viabilidad. Para llevarlo a cabo hemos traído a formadores españoles y hemos elaborado un programa basado en el marco educativo español, pero adaptado al contexto marroquí, por supuesto, con la colaboración del Ministerio de Educación Nacional y de la Formación Profesional. Son formadores españoles altamente cualificados que se encargan de preparar a los formadores marroquíes.
El proyecto está dirigido a jóvenes en situaciones de riesgo de exclusión y marginalidad o precariedad. Cubrimos toda la logística, la formación, la comida, el transporte… Los responsables son FUNCI y la agencia de gestión del Valle de Bouregreg. Hemos tenido éxito en los concursos de patrocinadores nacionales e internacionales, entre los cuales la INDH (Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano) nos ha proporcionado todos los materiales necesarios; tenemos ayuda de la región; del Ministerio de Educación Nacional, que reconoce los títulos que otorgamos; y de la cooperación española, la Fundación Drosos; ALSA, la compañía de transporte, que garantiza el transporte de los jóvenes…
Para nosotros lo importante es mostrar un modelo de jardinería innovador, en el sentido en que nos encontramos en un país en el que el cambio climático está haciendo estragos, en el que existe una presión hídrica importante, y en el que, sin embargo, encontramos modelos públicos que no están adaptados al suelo ni al clima, que necesitan demasiada irrigación. Nosotros no solo trabajamos por enseñar a estos jóvenes, y por educarles en un modelo diferente y de respeto por el medio ambiente, la naturaleza, la buena gestión del agua; sino que también estamos realizando acciones importantes de sensibilización para el público general, arquitectos, paisajistas o las autoridades.
¿Cuál fue para vosotros el elemento desencadenante?
Nuestra Fundación, con base en Madrid pero que tiene también proyectos internacionales de conservación y valorización del patrimonio natural y cultural, está presidida por un humanista marroquí, Cherif Abderrahman Jah, que ha querido, en un momento dado, comenzar a trabajar en Marruecos también, con el que estamos muy próximo desde todos los puntos de vista. Hemos realizado distintos proyectos, y, como parte de estos, consideró necesario realizar un proyecto orientado a los jóvenes marroquíes, que les concediese oportunidades, contribuyese a facilitarles un empleo y, sobre todo, a facilitarles un futuro que resulta muy interesante en este ámbito de la jardinería. Por lo que trabajamos no sólo para la formación, sino también para la inserción
¿Vuestros consejos para pasar a la acción?
Antes que nada, hace falta creer, con mucha pasión, mucho amor… No es fácil, sobre todo al enfrentarse a ciertas condiciones económicas, sociales, etc., pero hace falta pasión, amor, paciencia, y hay que ser ambicioso. Hace falta crear equipos que funcionen y que no les falte motivación.
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