En la región de Jorasán, en el noroeste de Irán, se encuentra el pueblo de Nashifan, que esconde uno de los múltiples tesoros patrimoniales del país: unos molinos de viento de origen milenario. Conocidos localmente como Asbads, estos molinos de viento de más de mil años de antigüedad, construidos utilizando, únicamente, materiales naturales, nunca han dejado de funcionar. Su espectacular estructura cumple múltiples funciones de gran importancia. No sólo son, en la actualidad, una muestra histórica de arquitectura y ciencia, y un reflejo del patrimonio material de la región; también protegen al pueblo de sus fuertes vientos y constituyen una fuente de energía para la extracción de agua y la molienda de granos.
Sin embargo, como denuncia el siguiente vídeo, publicado por National Geographic, cuando el último encargado de su mantenimiento, Muhammad Etebari, se retire, no habrá nadie disponible para cubrir su puesto, lo que podría condenar a los molinos al olvido y a su consecuente deterioro. En el año 2017, Irán presentó una solicitud a la UNESCO para que estos molinos fuesen considerados Patrimonio mundial de la humanidad, lo que permitiría garantizar su protección y supervivencia. Actualmente, la solicitud se encuentra en proceso de evaluación.
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