Los países en los que trabaja Med-O-Med, Sur del Mediterráneo y Oriente Medio, forman la región más dependiente de las importaciones de alimentos del mundo. Su producción local de alimentos no cubre las crecientes necesidades de su población, y estos países se ven obligados a comprar en los mercados internacionales, especialmente a la UE y los países emergentes, los productos destinados a cubrir sus necesidades básicas.
La agricultura representa un porcentaje de alrededor de un 10% de media en el producto interior bruto de la región. Esta escasa importancia se debe fundamentalmente a una primacía de la inversión en la producción de hidrocarburos, y a las diferentes problemáticas medioambientales de la zona. La falta de recursos hídricos y de tierras disponibles son las fundamentales. El Sur del Mediterráneo y Oriente Medio forman la región del mundo con menos disponibilidad de recursos hídricos, y la agricultura utiliza alrededor de un 80% del agua existente. Por otra parte, el cambio climático probablemente agravará esta circunstancia, llevando a estos países a situaciones de estrés hídrico aún más acusado.
Actualmente el porcentaje de hectáreas dedicadas al cultivo convencional basado en insumos químicos, regadío y grandes superficies de monocultivo -heredado de la época colonial-, prima sobre los cultivos ecológicos o tradicionales. Los países más desarrollados en este sentido son Túnez, Egipto y Turquía, donde solamente el 1% de las tierras están dedicadas a cultivos ecológicos. El cultivo ecológico ha sido definido por el relator de las NNUU para la alimentación como una tecnología apropiada para las zonas más vulnerables, y capaz de reducir los problemas alimentarios del mundo. Además, este tipo de cultivo aprovecha más eficientemente el recurso hídrico -fundamental en la zona de trabajo de Med-O-Med-, es más respetuoso desde el punto de vista medioambiental y social, y cumple muchas de las premisas básicas de relación del ser humano con la naturaleza, inherentes a la cultura islámica.
Los países del ámbito Med-O-Med no han permitido por el momento el cultivo de transgénicos, y en muchos países todavía el comercio tradicional de semillas y el uso de variedades locales sigue primando sobre las semillas comerciales. Solo Egipto tiene pequeñas áreas de cultivo de OGM.
Las políticas públicas de los últimos años parecen estar encaminadas a proteger la seguridad alimentaria de la población, pero desafortunadamente no se insertan en el paradigma de la soberanía. Políticas como la investigación en ingeniería genética, el escaso apoyo a la agricultura ecológica, o la compra de tierras en terceros países para aumentar importaciones, pueden asegurar a corto plazo la alimentación local, pero crean graves riesgos de cara al futuro de la biodiversidad, la sostenibilidad medioambiental y la soberanía de otros países.
Med-O-Med trabaja por la Soberanía Alimentaria de esta región, apoyando el cultivo con técnicas tradicionales, la gestión sostenible de los recursos hídricos, el uso de semillas locales e insumos ecológicos, los cultivos multiespecíficos y el apoyo a las cooperativas y uniones de productores. Pretende una recuperación de las técnicas, especies y saberes tradicionales que puedan aportar soluciones a los problemas actuales y futuros, que además están íntimamente ligados a la tradición y cultura local e islámica.
Por otro lado, se preocupa por la actual tendencia de los países de la región a la compra de terrenos y producciones en terceros países, como Pakistán o Malí, con el consiguiente problema de soberanía que pueden crear estas actuaciones en los mismos. Creemos que esta práctica debería enfocarse al apoyo y la inversión de los productores de estos terceros países, en lugar de al acopio de tierra, para mejorar la producción, el uso de los recursos y el nivel de vida de los mismos, con el objetivo de asegurar la Soberanía de estos países y la exportación hacia los países inversores.
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